Pese a la sequía que sufrimos, he visto con horror que una especie de árboles metálicos, que creía extinguidos, han vuelto a crecer. Todo el espacio que queda bajo su copa giratoria se vuelve hormigón.
Y como denominador común ese hormigón se apropia del paisaje. A este paso cuando queramos ver el mar tendremos que comprar postales o pedir permiso a los "dueños del paisaje"...
No hay comentarios:
Publicar un comentario