Ayer, de súbito, dejé de hacer fotografías y, sencillamente, me senté sobre una piedra a contemplar
el continuo movimiento del agua.
Pensé que las piedras redondas, a fuerza de rodar y recibir golpes, podrían ser la vida de las personas,
que en el continuo transcurrir de la misma, se enfrenta a situaciones que van moldeando su carácter...
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